La revolución social
de los juguetes sexuales
Por: Patricia Celi y Andrea Grijalva

La historia de los juguetes sexuales ha avanzado de forma paralela a la historia de la humanidad. Ya en 23.000 a.C. tribus alemanas utilizaban consoladores de piedra (El Mundo, 2006); en 1200 A.C. se inventaron los anillos de pene en la China, hechos de párpado de cabra; en la edad de Cristo los patricios romanos coleccionaban falos hechos de marfil y hueso; en el 500 D.C. se calcula que se inventó en Oriente las bolas de Geisha, las bolas chinas o Ben Wa (Tenas, 2018). Ya en el siglo XIX los médicos victorianos utilizaban vibradores para controlar la "histeria femenina", esa misteriosa enfermedad de las mujeres que reunía una multiplicidad de síntomas tales como ansiedad, irritabilidad, desfallecimientos, pérdida de apetito, fantasías sexuales, lubricación vaginal y una tendencia de las pacientes a causar problemas que precisaban de un tratamiento que les brindara relajación (González, 2017).
“La histeria femenina” fue uno de los inventos de la masculinidad hegemónica para instaurar mecanismos de control y poder sobre el cuerpo de las mujeres. Eso, sumado al hecho de la incesante patologización de la sexualidad femenina y los tratamientos sucedáneos del siglo XIX, se inscribieron en un modelo androcéntrico de la sexualidad y de la enfermedad, en el cual las relaciones sexuales consideradas sanas daban comienzo con la erección del pene, continuaban con la penetración vaginal y acababan con la eyaculación masculina (Robledo & Blazquez, 2019).
Luego, ante la evidencia de que ese “guión sexual” no siempre aliviaba los síntomas de “la excitación femenina asociados con la histeria”, la tarea fue puesta en manos de los médicos (Robledo & Blazquez, 2019).
Esos servicios consistían en producir en la paciente un orgasmo o “paroxismo histérico” a partir de la introducción vaginal de objetos fálicos. Esto no contaba como sexo para la ciencia dado que no involucraba la penetración del pene, condición absoluta del sexo en ese tiempo. Esos instrumentales clínicos subsistieron hasta la segunda década del siglo XIX, cuando abandonaron las mesas de los médicos para entrar en el circuito comercial de consumo doméstico relacionado con el placer abiertamente sexual, pero, sobre todo, al que tenía que ver con el masculino (Robledo & Blazquez, 2019).
En efecto, durante todo el siglo XX y la primera mitad del XIX, la producción de estos objetos se convirtió en toda una industria, pero el estigma asociado con el placer femenino hizo que la creación de juguetes estuvieran direccionado hacia el placer unilateral del hombre dentro de una relación heteronormada. Los objetos producidos eran poco estilosos, de mala calidad, y sobre todo ideados exclusivamente en torno a lo que los hombres consideraban placentero para las mujeres.
No obstante, desde finales de la década de los 60, el mensaje de autosuficiencia sexual enviada por el feminismo, permitió derribar las creencias que privaban a las mujeres del alcance de placer y que colocaban al anhelo del mismo como un acto inmoral (Bargueño, 2019). La masturbación se convirtió en una clave de liberación femenina que legitimó el hecho de que las mujeres autogestionen el placer. Es así como, también se empezó a normalizar el uso de juguetes sexuales para mejorar ese proceso de autosuficiencia sexual femenino.
En las últimas décadas, el feminismo permitió consolidar la idea de la brecha del orgasmo, como una de las banderas que reivindican el uso de juguetes sexuales: Los hombres pueden tener orgasmos fácilmente con el sexo que implica penetración, mientras que es menos probable que las mujeres lo logren así porque la misma no proporciona mucha estimulación del clítoris. Se debe a que este está ubicado en el exterior y no en el interior de la vagina (Bargueño, 2019). Los juguetes sexuales, en ese sentido, vienen a contribuir a cerrar esa brecha del placer, facilitando explorar otra vida sexual, más allá del coito.
Ahora bien, cabe notar que este despertar feminista resignificó los lentes con los que se miran a los juguetes sexuales, no implica una ofensiva en contra del placer masculino heteronormado, sino más bien una reivindicación de que todas las partes deben sacar el máximo placer del acto sexual. (Hernández, 2018) Aun así, todavía es un reto socavar el estigma de los juguetes eróticos para hombres. En general, esto se debe, por un lado, al imaginario sostenido en masculinidades patriarcales que asume “que los hombres de verdad no los necesitan; que se las pueden arreglar bien solo usando sus manos” (Bargueño, 2019). Y por otro, tiene que ver con el hecho de que, especialmente para hombres heterosexuales, ciertos aparatos pueden generarles conflictos debido a sus escrúpulos o creencias hegemónicas sobre su anatomía. Por ejemplo, un vibrador para estimular la próstata puede limitar su exploración, porque no conciben la penetración anal a ellos mismos (Bargueño, 2019).
Frente a estas falsas creencias, en los últimos años han aumentado el número de iniciativas que crean juguetes sexuales flexibles que se amoldan al cuerpo y gusto de cada persona, pero que sobre todo procuran legitimar que el placer no tiene género, ni tampoco a un tipo de cuerpo en particular. Es por eso que los juguetes han representado una verdadera revolución social, porque por un lado, han facilitado que las parejas o compañerxs sexuales exploren otras formas de alcanzar y sentir placer, y de conocer y empoderarse sobre su cuerpo.
Los juguetes sexuales, no nos proporcionan únicamente múltiples vías para enloquecer de goce sexual, también son herramientas que ayudan a cualquiera a conocer más su cuerpo, los deseos que de él emanan y el derecho a disfrutar el satisfacerlos.
Por eso, en este especial navideño de La Cocina, ya sea como un regalo para otra persona o para ti mismo, te presentamos, un listado de algunos juguetes sexuales para que conozcas de este mundo y te animes a arrancarte más gemidos. Además, también hemos preparado un test que te servirá de guía para conocer qué juguete sexual puede ser el indicado para ti, de acuerdo a tus gustos y necesidades. Pero solo es una guía, a la final tú eres lx únicx que puede decirlo. Esperamos que disfrutes de estas fiestas, quizás con un tu nuevx mejor amigx.
Bala vibradora
Si quieres iniciarte en el mundo de los juguetes sexuales las balas son las indicadas para ti. Son perfectas para la estimulación precisa. Varios de estos excitadores llegan a 10 niveles diferentes de vibración y son silenciosas, adecuadas para usarlas en espacios pequeños. Ideales para viaje porque caben en la palma de tu mano.


Succionadores
Despierta tu clítoris sin contacto directo mediante la presión de aire que abre las puertas a un orgasmo. No importa si eres novata o experta en juguetes sexuales, con él podrás explorar diferentes maneras de alcanzar el placer por sus distintos niveles de presión.
Este juguete sexual se ha convertido en el favorito de muchas. Varias mujeres han asegurado que llegan rápidamente al éxtasis, y sin demasiado esfuerzo. Incluso algunas de ellas han conseguido, gracias a este juguete, alcanzar por primera vez un orgasmo. Su uso es demasiado sencillo: tienen un orificio donde colocar clítoris y luego encenderlo y empezar a sentir y disfrutar del movimiento. Se puede empezar por niveles suaves hasta llegar a los más elevados.
Masajeador y vibrador
Placer a otro nivel. Por lo general este juguete lleva dos motores y dos puntas independientes. Te estimulará por dentro y por fuera. Sus diferentes niveles de vibración te darán horas de diversión.


Mini-masajeadores
Estos excitadores estimulan la parte de tu cuerpo que prefieras: vulva, clítoris o pezones. Con la evolución de la tecnología estos masajeadores llegan hasta 10 configuraciones de vibración diferentes. Los mini masajeadores, por su parte, son ideales para llevarlos contigo a donde quiera que vayas. No podrás despegarte de ellos.
Anillo vibrador
Ideal para las parejas que buscan otros mecanismos para alcanzar el placer. Este juguete es justo lo que necesitas en tu habitación para hacer de cada encuentro una experiencia distinta. Tiene más de 5 niveles de vibración y una banda elástica para mayor comodidad.

Dildos
Pueden ser utilizados en relaciones heterosexuales, homosexuales e incluso para la masturbación. Aquí tú eres quien marcará el ritmo de la intensidad, ya que el dildo, originalmente, no tiene capacidad de vibración.
Por lo general representan a penes y hay diferentes tamaños y grosor, y varían en la forma si van a ser usados para la vagina o el ano.

Arnés, esposas y fustas
Si tus relaciones sexuales se encuentran en otro nivel y junto con tus parejas buscan más diversión y se encuentran segurxs de que todxs lo desean, pueden probar con estos implementos para que sus encuentros sean más candentes. Debes tener mucho cuidado con quién decides realizar este tipo de prácticas, y saber si todas las personas involucradas están preparadxs.



Lubricantes
Son geles de varios tipos y con diferentes propiedades que pueden ser usados para que los genitales se encuentren húmedos al momento de la penetración o para provocar orgasmos. Es decir, tus encuentros sexuales resultarán más placenteros. Los puedes utilizar con todos los juguetes sexuales que te presentamos o sin ellos.
Ahora que tienes toda la información, llegó la hora de que conozcas el juguete sexual que podría ser para ti.

¿Te animas a probar alguno?
Referencias:
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Bargueño, M. (16 de Octubre de 2019). Por qué los juguetes sexuales de ellas son ‘cool’ y los de ellos son sórdidos. El País.
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El Mundo. (13 de Enero de 2006). El consolador más antiguo del mundo. El Mundo.
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González, I. (24 de Octubre de 2017). La infausta historia de la histeria femenina. El Mundo.
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Hernández, A. (23 de Noviembre de 2018). El fin de "la brecha del placer": los juguetes sexuales también se rinden a la revolución feminista. El Mundo.
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Robledo, G., & Blazquez, G. (2019). “Que se vayan a consolar a la iglesia”: juguetes sexuales y performances eróticas entre lesbianas en la ciudad de Córdoba. Lúdicamente Nº 9 Dispositivos, imágenes y representaciones del juego.